domingo, 9 de enero de 2011

LA CUESTA (1 de 3)

Las época navideña... un tiempo de amor, de paz, de perdón y de unión familar, sin olvidar las posadas, la cena, los regalos, el recalentado, el brindis de año nuevo...en fin, es una época muy festiva donde muchos no escatiman en sus gastos con tal de pasar un bello momento al lado de sus seres queridos.

Pero en enero la fiesta llega a su fin y no solo eso, para muchos el mes de enero es sinónimo de gastos, dolores de cabeza, angustias y poco dinero...así es mi estimado lector, me refiero a la "cuesta de enero", quien pensaría que después de una época tan bella como la temporada navideña vendría un momento tan estresante y malvado como lo es la cuesta de enero.

Entender que es y donde se origina la cuesta de enero es algo sencillo, simplemente es algo que le sucede a mucha gente en otros momentos del año, esto es, que se te acumulen las deudas y no tengas con que pagarlas, la cuesta de enero viene siendo la versión navideña de esto, es decir, después de tanta fiesta, piñatas, cena y regalos, llega el momento de pagar deudas, pero tanto festejo nos dejo sin dinero. Es en ese preciso momento cuando nos pega la realidad como balde de agua fría y nos damos cuenta que la cuesta de enero ha llegado.

Los orígenes de esta catástrofe post-navideña vienen desde antes de la propia navidad, de hecho la principal causa de no tener dinero para pagar nuestras deudas viene de la mala costumbre de no ahorrar dinero y no organizar nuestros gastos. En el caso de la cuesta de enero uno de los antecedentes mas visibles donde comienza el problema es en el momento en que mucha gente recibe su aguinaldo.

El aguinaldo es un pago "especial" que se la da a los trabajadores tras un año de estar laborando, no en todos los países se paga esta prestación al final del año, pero muchos países adoptan esa fecha para que los trabajadores puedan afrontar sus gastos en esa temporada.

En México, por ley (Ley Federal del Trabajo), los trabajadores deben recibir por lo menos el equivalente a 15 días de trabajo y este debe ser entregado antes del 20 de diciembre, todos los trabajadores tienen derecho a recibirlo y no es necesario estar trabajando en la fecha en que se paga el aguinaldo. Este aguinaldo solamente genera impuestos si supera los 30 salarios mínimos.

La ley mexicana también establece que en caso de que el trabajador no haya laborado el año completo, su aguinaldo se calculara en base a los días trabajados durante ese año, el aguinaldo, por lo general, se calcula en base al sueldo actual del trabajador.

En el caso de países como Argentina y Colombia el aguinaldo se da en 2 partes, una a mitad del año y la otra al final de este, otro ejemplo es Panamá, que lo entrega en 3 partes (15 de abril, 15 de agosto y 15 de diciembre), en fin, cada país entrega esta prestación de manera distinta, pero la gran mayoría de los países lo hace con la finalidad de que el trabajador pueda solventar sus gastos de fin de año.

Entonces si existe semejante cosa como el aguinaldo, ¿porque cada enero se llenan las casas de empeño?... En realidad existen muchos factores que provocan que mucha gente acabe con los bolsillos vacíos todos los eneros, podríamos nombrar al alza de precios de ciertos productos durante la temporada navideña, que combinados con un excesivo bombardeo por parte de los medios de comunicación (es decir, el típico comercial de ¡compre esta navidad!, que mejor regalo para esta navidad que...) provocan que la gente salga diparada a comprar y comprar durante estas festividades.

Pero ¿ese es el verdadero origen del asunto?, no señores, el problema se origina en la falta de conciencia y por lo tanto una verdadera falta de planeación con respecto de sus gastos, ¿que significa esto en cristiano?, pues nada mas y nada menos que la gente gasta y gasta sin pensar mucho en las consecuencias (es decir, las consecuencias que habrán cuando llegue el mes de enero), entonces es ahí donde empieza el problema, en la falta de cultura, actitud, conocimiento o llámelo usted como quiera, pero simplemente la gente no planea sus ahorros y mucho menos sus gastos, orillándolos a pedir prestamos o en el peor de los casos a vender o empeñar sus cosas en enero. En este punto comienza otro martirio para muchos...

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